LA ALQUIMIA DE LOS DÍAS [A modo de prólogo]La bitácora [que hojeas] comenzó a gestarse una noche fría de invierno cuando contemplaba las estrellas esparcidas [aparentemente, al azar] por un cielo profundo y limpio, miles y miles de millones de estrellas imperturbables a los fines de los hombres en este diminuto planeta [que no es sólo nuestro y que además conoce su destino: el cuándo le alcance depende de la medida de nuestra Estupidez, de nuestra Codicia, de nuestra Soberbia, de la medida de nuestro Ego, de nuestro Antropocentrismo idiota, ciego y extremadamente predatorio.] El Hombre camina [como puede] bajo esas estrellas porque no sólo le espolea el hambre o la sed [esas nobles necesidades], sino también porque hay sed y hambre de verdad y conocimiento [de sí mismo, de los otros, de lo cognoscible y de lo que no lo es.] La curiosidad es indispensable para sobrevivir. Es caminante, peregrino, viajero y lo es tras una estela inasible y abandonando sutiles huellas [o versos, tal vez, inútiles] por doquier que el mar del tiempo se llevará a no sé dónde ni cuándo [como estas mismas palabras que ahora y aquí escribo: un mensaje en una botella.] Es la alquimia de los días, al crepúsculo, el oro de Ulises. Los días pasan y segregan, depuran al menos dos versos mal rimados: del plomo de la realidad vivida, de las horas de cinc, de las visiones de azufre de la vigilia, del lapislázuli del sueño. Se subliman en oro converso, en gotas contables, en uno, dos o cuatro versos significantes de lo insignificante, de las cosas pequeñas que son, que nos pasan. Se transmutan en materia poética: en conjunción, las palabras y los días... Invierno, 2005 | Daniel Espín López
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martes, mayo 10, 2005
YO TENÍA UN SUEÑO, NO SÉ DÓNDE LO HE PUESTO
"I have a dream that one day this nation will rise up and live out the true meaning of its creed: We hold these truths to be self-evident: that all men are created equal." Martin Luther King, he made this speech On August 28, 1963 more than a quarter of a million people participating in the civil rights march gathered at the Lincoln Memorial in Washington.
¿En algún cajón del mueble? Parece casi un abandono premeditado. Dónde coño dejé la evidencia de que una vez soñaba con otro mundo. El cuerpo no aparece. El asesino ya huía cabalgando la flecha de los minutos a las Vírgenes, o a las Caimán. El buen testigo era una arpa, que cerró la boca para siempre. Le temblaba en La mayor, y no pudo afinar una sola nota de descargo. En el salón todos callan como putas.
Hasta los libros en sus estanterías se mofan de mi tragedia a mis espaldas. Es un reguerillo de azogue y pólvora en dos actos, cinco teorías. De noche se me derrumba el telón.
¿No has buscado en la caja de música? Pero la bailarina no quiso ayudarme. Poco queda, ahora, por hacer, salvo resignarme. Sólo me dijo, en calambres pequeños, que "ya está lejos de aquí en un lugar de la Nada de cuyo nombre me reservo".
Así que no reabran el caso, el de los pasos perdidos. Es inútil. Nadie habla, y mi tristeza, claro, no quiere abandonarme.
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