LA ALQUIMIA DE LOS DÍAS [A modo de prólogo]La bitácora [que hojeas] comenzó a gestarse una noche fría de invierno cuando contemplaba las estrellas esparcidas [aparentemente, al azar] por un cielo profundo y limpio, miles y miles de millones de estrellas imperturbables a los fines de los hombres en este diminuto planeta [que no es sólo nuestro y que además conoce su destino: el cuándo le alcance depende de la medida de nuestra Estupidez, de nuestra Codicia, de nuestra Soberbia, de la medida de nuestro Ego, de nuestro Antropocentrismo idiota, ciego y extremadamente predatorio.] El Hombre camina [como puede] bajo esas estrellas porque no sólo le espolea el hambre o la sed [esas nobles necesidades], sino también porque hay sed y hambre de verdad y conocimiento [de sí mismo, de los otros, de lo cognoscible y de lo que no lo es.] La curiosidad es indispensable para sobrevivir. Es caminante, peregrino, viajero y lo es tras una estela inasible y abandonando sutiles huellas [o versos, tal vez, inútiles] por doquier que el mar del tiempo se llevará a no sé dónde ni cuándo [como estas mismas palabras que ahora y aquí escribo: un mensaje en una botella.] Es la alquimia de los días, al crepúsculo, el oro de Ulises. Los días pasan y segregan, depuran al menos dos versos mal rimados: del plomo de la realidad vivida, de las horas de cinc, de las visiones de azufre de la vigilia, del lapislázuli del sueño. Se subliman en oro converso, en gotas contables, en uno, dos o cuatro versos significantes de lo insignificante, de las cosas pequeñas que son, que nos pasan. Se transmutan en materia poética: en conjunción, las palabras y los días... Invierno, 2005 | Daniel Espín López
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miércoles, marzo 07, 2007
BREVIARIO DE PODREDUMBRE. HIPOCRITAS Y DE DERECHAS, qué cruz...
"No me contéis más cuentos, que vengo de muy lejos y sé todos los cuentos." León Felipe, Parábola y poesía.
Debajo del culo adiposo del hipopótamo barbialbo se acrecientan el Magister, el soufflé Seta y las Moscas labiadas, y articula el mayúsculo esputo que lametean los irrisorios dislálicos, los lacios tontos y los santos bipolares con gomina y vítores miasmáticos y viva españa. La vieja guardia del Apocalipsis y los tres o cuatro jinetes y los numerarios a horcajadas sobre su tan brevísimo y triste talento cabalgan
sobre burros hirsutos o torpes y magistrales burradas. Descerrajándose sus chirrioflatulentas boquitas de cereza estos braquicéfalos artistas de la desvaída memoria: se les atascan las elongas quijadas, cabríos aprendices de Mefisto...
en halitoseísmos y a trampantojo y en palabrones más gruesos y sin mesura que su febril hemoptisis culebreándose por las comisuras umbrosas hasta la ciénaga,
ora pro nobis, mi señora Dulcinea, qué asco... Etiquetas: neofranquismo eclesiástico y político en España, poesía, política, versos
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