LA ALQUIMIA DE LOS DÍAS [A modo de prólogo]La bitácora [que hojeas] comenzó a gestarse una noche fría de invierno cuando contemplaba las estrellas esparcidas [aparentemente, al azar] por un cielo profundo y limpio, miles y miles de millones de estrellas imperturbables a los fines de los hombres en este diminuto planeta [que no es sólo nuestro y que además conoce su destino: el cuándo le alcance depende de la medida de nuestra Estupidez, de nuestra Codicia, de nuestra Soberbia, de la medida de nuestro Ego, de nuestro Antropocentrismo idiota, ciego y extremadamente predatorio.] El Hombre camina [como puede] bajo esas estrellas porque no sólo le espolea el hambre o la sed [esas nobles necesidades], sino también porque hay sed y hambre de verdad y conocimiento [de sí mismo, de los otros, de lo cognoscible y de lo que no lo es.] La curiosidad es indispensable para sobrevivir. Es caminante, peregrino, viajero y lo es tras una estela inasible y abandonando sutiles huellas [o versos, tal vez, inútiles] por doquier que el mar del tiempo se llevará a no sé dónde ni cuándo [como estas mismas palabras que ahora y aquí escribo: un mensaje en una botella.] Es la alquimia de los días, al crepúsculo, el oro de Ulises. Los días pasan y segregan, depuran al menos dos versos mal rimados: del plomo de la realidad vivida, de las horas de cinc, de las visiones de azufre de la vigilia, del lapislázuli del sueño. Se subliman en oro converso, en gotas contables, en uno, dos o cuatro versos significantes de lo insignificante, de las cosas pequeñas que son, que nos pasan. Se transmutan en materia poética: en conjunción, las palabras y los días... Invierno, 2005 | Daniel Espín López
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sábado, noviembre 07, 2009
DIOS APESTA
"Un ateo no blasfema nunca, y un ateo bien educado como yo, menos todavía." Antonio López Campillo, Curso acelerado de ateísmo.
"Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor." Eclesiastés, 1.1.18
Es sabido que los fanáticos fundamentalistas ni viven, ni dejan vivir...
Yo creo: que dios apesta, tal vez haya ingerido viandas podridas o cadáver del corazón de sus poderes en la tierra o al revés... Absténganse pues por el bien democrático mientras investigan el caso de comer religión monocorde: produce furibundas diarreas.
Consulte acaso o se prescriba para los infectados, si no fuera tarde, el don de la tolerancia, el de la comprensión; el don del equilibrio y una sobredosis sin misericordia de aire fresco y libre de rancios tóxicos contra esos fascios absolutismos que anhelan de aquellos otros tiempos pestilentes del nacional catolicismo.
Quien quiera oír que oiga... Etiquetas: nacional catolicismo, neofranquismo eclesiástico y político en España, poesía, poeta, religión, religión basura, religión opresiva, sectas, versos
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